4 oct 2010

Amate un ratito


¿Dónde está la clase o el taller que enseña a la gente a amarse, cuidarse, y que está bien sentirse bien consigo mismo? Ya puedo escuchar a los críticos gritando que esto llevaría a un colapso total en el sistema, con generaciones de personas malcriadas y egoístas que no respetan lo básico como la caridad y el servicio. Pero cuando me imagino un mundo pacífico, está lleno de gente que se ama a sí misma, por lo que verdaderamente pueden amar a los demás. Me recuerda a uno de los refranes de Adamus: "Únicamente el Maestro puede estar en servicio, todos los demás son sólo un siervo." En otras palabras, una vez que hayas llegado a un punto de maestría (aceptación) de ti mismo, entonces puedes estar en verdadero servicio a los demás porque no tienes una agenda personal, y lo estás haciendo por alegría verdadera en lugar de por obligación.

"Nuestro más profundo temor no es que seamos inadecuados. Nuestro miedo más profundo es que somos excesivamente poderosos. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que más nos asusta. Nos preguntamos, ¿quién soy yo para ser brillante, hermoso, talentoso y fabuloso? En realidad, ¿quién eres para no serlo? Eres un hijo de Dios. Tu jugar a ser pequeño no le sirve al mundo. No hay nada iluminado en encogerse para que otras personas no se sientan inseguras a tu alrededor. Todos estamos destinados a brillar, como lo hacen los niños Nacemos para manifestar la gloria de Dios que está dentro de nosotros. No es sólo en algunos de nosotros, está en todo el mundo. Y a medida que permitimos que nuestra luz brille, inconscientemente le damos permiso a otras personas a hacer lo mismo. A medida que nos liberamos de nuestro propio miedo, nuestra presencia automáticamente libera a otros. "
del libro de Marianne Williamson Un Retorno al Amor

No hay comentarios:

Publicar un comentario