A veces todos llegamos a funcionar tan sólo con la fuerza de lo que nos ha sido regalado: la inteligencia, la capacidad analítica, la facilidad de comunicación, pero no somos realmente fuertes, hasta que decidimos tomar nuestro proceso personal con esa determinación y esa orientación hacia transformar y ser factores del cambio y transformación en el mundo que nos rodea.
Si eres fuerte o no espiritualmente hablando, lo decides tu. Gran responsabilidad, gran oportunidad.
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