Nadie ama completamente el cuerpo, nunca el cuerpo es suficientemente bueno para albergar a “nuestro ego”. Hay personas que son casi perfectas, pero siempre encuentran algo que no les gusta de su cuerpo, así sea un lunar pequeñito ....o una cicatriz de la infancia.
Él mismo se auto ataca, porque el cuerpo es su morada, es la manifestación en el mundo físico del deseo de estar separados.
El envejecimiento, es parte del deslucimiento propio de nuestra creencia en la separación. Todo aquí se desluce, el cuerpo comienza a envejecer, y si nosotros creemos que “somos” el cuerpo, somos nosotros quienes estamos envejeciendo.
De los 30, a los 40, a los 50, creemos que somos nosotros los que envejecemos, por eso es esencial que rompamos la identificación con el cuerpo. Éste va a seguir el proceso que tiene que seguir aquí en este mundo de ilusión pero cada uno de nosotros seguimos siendo el ser que siempre fuimos. Si pensamos nos damos cuenta de que a cualquier edad somos el mismo “yo” que cuando teníamos 4 años, 3 años, 7 años, por ejemplo. El yo no cambia, el cuerpo es parte del sueño.
Todos los Martes a las 1930hs. Un Curso de Milagros en el Centro Escuela Red de Luz, una forma más real de vernos sacando los velos de la ilusión y encontrándonos con nuestro verdadero Ser Interno.
